martes, 20 de septiembre de 2011

Esto no es una pipa







La lógica según el código binario: luz-tiniebla, tierra-mar, sol-luna, etc.



La categoría según Michel Foucault: las palabras y las cosas.



Categoría necesaria para que el mundo sea comprensible, a través de todo lo que se manifiesta en la doble articulación de un hecho y del relato de un hecho.



Para tener el concepto de orden hay que tener el concepto de diferencia y similitud – entre cosa y cosa y entre palabra y palabra-.



El hombre es hombre porque se opone a lo inhumano, y es hombre lo mismo que otro hombre.



Lo semejante y lo diverso se enfrentan. Luego de la crisis del post renacimiento las palabras y las cosas interrumpen su antigua correspondencia, ya el macrocosmos no refleja especularmente al microcosmos.



El lenguaje y el arte se empobrecen en un esfuerzo mimético de contar el milagro de la semejanza.



En la búsqueda de la similitud perdida aparecen el loco y el poeta, el primero es el hombre de las semejanzas salvajes quien sigue creyendo en los cortocircuitos de la intuición y el segundo recupera los fugaces parentescos de las cosas, sus similitudes dispersas.



En esta perspectiva Magritte se convierte para Foucault en el poeta por excelencia: el cazador de similitudes perdidas, pariente cercano del loco que escucha inescuchado el ruido analógico de las cosas.



Magritte persigue su sueño de significado trascendental, mas allá de las antiguas divisiones entre signo e imagen, entre palabra e icono, entre discurso y pintura, entre lectura y visión. Magritte es un cazador nocturno de relaciones difuntas, activo en un mundo de encuentros aparentemente fortuitos.



Magritte pide una participación intelectual en sus cuadros que son instrumentos para pensar, intentos de inducción de pensamiento metafísico a la manera como Salvador Dalí quería inducir la paranoia. “Todos los seres son misteriosos” dice Magritte y de este modo niega el misterio porque allí donde todo es misterio nada es misterio.



Mal escrito, malentendido, mal-lectura; nosotros leemos porque mal-leemos: porque no sabemos ni queremos leer-

Nos dejamos convencer por nuestra voluntad de no entender lo que nos resulta ajeno y cambiamos escandalosamente las cartas de los viejos textos para poder leer en ellos lo que nos interesa.



Mas allá de lo revolucionario la obra de Magritte que descubre simultáneamente un mundo de subversiones conceptuales verbalmente limitado e irónicamente vastísimo funciona como un engaño evidente.



“¿Quién podría fumar la pila de uno de mis cuadros? Nadie. Por consiguiente NO ES UNA PIPA.



La extrañeza de la figura no es la contradicción entre imagen y texto, por el contrario es muy evidente que el dibujo que representa una pipa no es una pipa.



La revolución de Klee pone en crisis la reparación entre representación visual y referencia lingüística: este movimiento no afecta a Magritte, que superpone a sus objetos, palabras precisas con funciones antagonistas.






Representación plástica; implica semejanza

Representación lingüística; la excluye



Lo esencial consiste en que el signo verbal y la representación visual nunca se dan a la vez. Es lo que Klee ha abolido al esgrimir en un espacio incierto, reversible, flotante, la yuxtaposición de las figuras y la sintaxis de los signos.



Kandinsky: doble desaparición simultanea de la semejanza y del lazo representativo mediante la afirmación cada vez mas insistente de esas líneas de esos colores de los que Kandinsky decía eran cosas; afirmación desnuda que no se basa en ninguna semejanza y que cuando se le pregunta lo que es no puede responder mas que refiriéndose al gesto que la ha formado: improvisación, composición; a lo que en ella encontramos; forma roja, triángulos, violeta naranja; a las tensiones o relaciones internas: rosa determinante, hacia lo alto.

Nadie más alejado de Kandinsky y de Klee que Magritte. Su pintura parece apegada a la exactitud de las semejanzas; no basta que el dibujo de una pipa se asemeje a una pipa: es preciso que se asemeje a otra pipa dibujada que a su vez se asemeje a una pipa.

Y la exacta representación de un par de zapatos se esforzara por parecerse además a los pies desnudos que ha de cubrir.

Separa cruelmente el elemento grafico del elemento plástico y si ocurre que están superpuestos es a condición de que el enunciado impugne la identidad manifiesta de la figura y el nombre que uno esta presto a darle.





(En base a estas cuestiones surgen las ideas centradas en las relaciones humanas y en la psicología del hombre ¿ es posible que se conozcan los unos con los otros?.



En esta perspectiva relacionada a la imagen, la representación que uno tenga sobre el otro será siempre una representación y por lo tanto no será esa persona y viceversa. La representación que uno tiene del otro no es el otro.)



Sin embargo mantienen las figuras opuestas y complementarias.



Magritte: “entre las palabras y los objetos se pueden crear nuevas relaciones y precisar algunas características del lenguaje y de los objetos generalmente ignoradas en la vida cotidiana”

O también “de vez en cuando el nombre de un objeto hace las veces de una imagen. Una palabra puede ocupar el lugar de un objeto en la realidad. Una imagen puede tomar el lugar de una palabra en una proposición”.

Y esto no implica contradicción, ya que se refiere a la vez a la red inextricable de las imágenes y de las palabras y a la ausencia de lugar común que pueda sostenerlas



“en un cuadro, las palabras poseen la misma sustancia que las imágenes. vemos de otro modo las imágenes y las palabras en un cuadro”.





Extraido del Libro: Michel Foucault, Esto no es una pipa, ensayo sobre magritte. Editorial Anagrama 1981.

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