lunes, 5 de mayo de 2008

Psicología educacional

1)
Analizando los textos de Emilia Ferreiro se puede decir que propone como unidad de análisis las practicas de introducción a la lengua escrita, es decir el proceso de alfabetización inicial que se despliega en el proceso de aprendizaje. Este ultimo tomado desde un enfoque triádico y no diádico. El sistema de aprendizaje / enseñanza no puede ser pensado fuera de la cultura caracterizada por Cole como el contenido entero de la herencia de un grupo, incluidos tanto sus esquemas y modelos culturales como sus artefactos materiales y practicas culturales. El proceso de aprendizaje es parte de un sistema relacional, existe tan solo en relación a los otros elementos del sistema.
Ferreiro propone a la escritura como una representación del lenguaje, en la construcción de este sistema de representación se produce un proceso selectivo, es decir de retención y omisión de los elementos y relaciones de lo real, es decir del objeto a ser representado. La escritura en tanto representación es un proceso de construcción, de creación y no de un código de trascripción grafico de las unidades sonoras, donde los elementos y relaciones están predeterminados y por lo tanto no cabría la idea de re invención del sistema de escritura sino de copia. Esto ultimo es criticado por Ferreiro, ya que la escritura en tanto representación no es un doble de lo real.
Cada una de estas concepciones de la escritura conlleva una noción diferente de enseñanza / aprendizaje. La escritura como un código de trascripción implica un aprendizaje como la adquisición de una técnica, en cambio concebida como una representación conlleva la noción de aprendizaje como la apropiación de un nuevo objeto de conocimiento, de aprendizaje conceptual.
Wertch acerca de la acción mediada dice que la relación de los agentes con los modos de mediación puede caracterizarse desde el punto de vista del dominio y la apropiación. La relación del sistema de lengua no es idéntica a la realidad por lo tanto este será apropiado, el autor toma a la apropiación como el proceso de hacer propio algo. El lenguaje escrito como herramienta cultural implicara resistencia. También dice que algunas formas de acción mediada se caracterizan por el dominio en el uso de una herramienta cultural pero no por su apropiación, esto lo podemos ubicar bajo al concepción de la escritura como codificación que implica solo la habilidad motora.
Cole sustituye el concepto de herramienta por artefacto, concebido como un aspecto del mundo material que se ha modificado durante la historia de su incorporación a la acción humana dirigida a metas. Existen tres niveles de artefactos, podríamos ubicar a la escritura como un artefacto secundario, entendido como representación de artefactos primarios y como modos de acción que estos utilizan. La utilización de la escritura como artefacto en la acción mediada lleva a la posibilidad de operar cambios evolutivos. La relación entre agente y artefacto no puede darse fuera de la cultura esta es un sistema de artefactos y la mente existe como el proceso de mediar la conducta por artefactos, además los artefactos son entendido como producto de la historia por lo tanto la escritura es dada a partir de un proceso histórico de construcción.
El aprendizaje esta culturalmente mediado, a través de instrumentos, herramientas y diversas practicas educativas. Desde esta perspectiva no puede pensarse en un método, en tanto secuencia de pasos ordenados para acceder a un fin, como único creador de conocimiento, si así fuere se caería en una reducción del proceso de aprendizaje, como diádico y centrado en el que enseña.
La lengua escrita como objeto socialmente construido y con existencia social implica que el niño en el inicio de la escolaridad tiene ciertas nociones de la escritura aunque estas no sean las socialmente establecidas, por lo tanto el niño se enfrenta con situaciones similares a la construcción del sistema. En tanto el lenguaje es social cerrando las escuelas a la comunidad circundante se corre el riesgo de caer en un aprendizaje descontextualizado.
La escuela a parece como la encargada de presentar a los sujetos el sistema de escritura pero esto se hace de una manera descontextualizada, esto hace que la escritura se proponga como objeto escolar sin referentes a información extra escolar, invisivilizando su existencia social en términos de Baquero se podría decir que el aprendizaje escolar deviene artificial, es decir que las practicas escolares no se apoyan en referentes extramuros e implican un quiebre con la cotidianidad de los alumnos y con sus practicas y contextos de crianza..
Vogotsky analiza la prehistoria del lenguaje escrito y dice que este ha sido reducido en la practica escolar con respecto al enorme papel que desempeña en el desarrollo cultural del niño. Sostiene, como lo expuesto por Ferreiro, que en la escuela al presentarse la escritura como ajena a los niños esta se desarrolla como un sistema de codificación, por lo tanto como al aprendizaje de una habilidad técnica. Para Vigotsky la escritura como sistema de símbolos y signos posee un simbolismo de segundo orden que de a poco se va a ir convirtiendo en un simbolismo directo. Entre ambos propone un vinculo intermedio, este es el lenguaje hablado que desaparece a medida que los niños crean signos escritos para los símbolos hablados de la palabra, así la lengua escrita deviene en un simbolismo directo de las relaciones del lenguaje hablado. Esto da cuenta de la escritura como objeto socialmente construido, según Vigotsky los signos poseen una historia evolutiva y su apropiación no puede darse de una manera mecánica. La escritura esta implicada en el desarrollo cultural del niño ya que el dominio del simbolismo directo es la culminación de un largo proceso de desarrollo social y cultural de distintas funciones de la conducta del niño. Esto constituiría la línea cultural histórica que motoriza los procesos superiores del lenguaje.


2)
El Proyecto personal hace su aparición en el periodo evolutivo de la adolescencia. Este es configurado a través de la construcción del porvenir desde el aquí y ahora, es decir desde el recorte situacional presente (que permite o no una visibilizacion) se representa al porvenir. A la vez el presente implica una reconstrucción del pasado, en tanto pasado que estructura al pensamiento y acción presente. Conectados a la idea de Proyecto personal se encuentran los conceptos de Trayectoria y Habitus propuestos por Bourdieu, estos dan cuenta de la relación establecida entre la trayectoria del individuo como experiencia acumulada en varias generaciones e interiorizada que modifica al habitus, en tanto modos interiorizados que permiten anticipar y planear en el ámbito individual y subjetivo.
La elaboración de un Proyecto personal es un intento de apropiación de lo que ha sido introducido por “violencia simbólica” y de proyección de configuraciones anticipatorias, mas o menos imaginarias. En la base de esta, como sustento se encuentran las categorías y representaciones sociales creadas en el seno de la estructura familiar, modificadas en un segundo momento por los procesos de escolarización.
La escuela produce categorías para percibir, pensar y actuar sobre la realidad y representaciones sociales, transformando a partir de su propia estructura institucional las condiciones de vida y cultura de la población a escolarizar. Con la producción de significaciones el sistema educativo posee un poder para la formación de personas, lo cual infiere sobremanera en el proceso de construcción de las subjetividades.
La trayectoria educativa del adolescente aparece atravesada por una matriz de conflictividad social debido a la desigualdad de capital cultural, los adolescentes traen consigo su lenguaje y su cultura que se diferencia de los consagrados en los programas y disposiciones escolares. La escuela en tanto sistema de normas anula esta diferencia y neutraliza los efectos de la cultura adolescente, concebidos como generadores de desorden y conflicto. Desde esta perspectiva homogeneadora el Proyecto personal aparece como un proyecto escolar impuesto sobre los alumnos, basado en la obligatoriedad y no como una construcción activa por cada sujeto de acuerdo a sus propias percepciones acerca del futuro y su historia particular. De esta manera las escuela aparece como dominante en la construcción de subjetividad, generando tensión entre esta y el desarrollo de una subjetividad no escolar. Así se tiende a concebir a la dificultad para articular, por parte de los adolescentes, estos dos espacios como una incapacidad para la apropiación de tales categorías y representaciones sociales para la construcción de un proyecto, naturalizando el fracaso escolar al dejar de lado las diferencias del capital cultural y sentido escolar de los alumnos. Esto nos lleva a pensar en una destitución simbólica de la escuela, una perdida de credibilidad en sus posibilidades de fundar subjetividad, ya que construye una ficción para la construcción de la misma. Existen tres categorías que caracterizan el declive del dispositivo escolar moderno: las posiciones escolares dessubjetivización, que se refieren a una posición de impotencia y da cuenta de una perdida de autoridad simbólica en los maestros y de no poder hacer nada con lo nuevo que se presenta en relación a lo instituido. Posiciones de resistencia, hacen referencia al desajuste entre las representaciones viejas y las situaciones actuales, los docentes resisten a las representaciones actuales y se obstaculiza el advenimiento de las nuevas subjetividades, por ultimo las posiciones de invención que implican no dejar de pensar en la problemática, es decir no anular las nuevas identidades, sino implicarse en el proceso de subjetivizacion no desde una educación igualadora sino generadora de diferencia.
El rol del Orientador psicoeducativo es el de desarrollar y proporcionar oportunidades para la ampliación del campo de la experiencia hacia perspectivas diferentes a las que la escuela ha producido, generar perspectivas alternativas en los adolescentes expuestos a la categorización que esta produce y ayudar a la configuración de proyectos que trasciendan las relaciones sociales de desigualdad a partir tanto de la reflexión de los habitus individuales y colectivos como también de los roles sociales, de genero, de clase, profesiones. El orientador actúa como una zona intermedia, no dentro ni fuera de la escuela.
(2004)

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